El Palacio de las Medias
Este post estaba pauteado en mi mente desde hace mucho tiempo. Pero por (des) tiempos y contratiempos entró en compás de espera. Y yo le tenía una deuda jurada.
Este palacete abre sus puertas desde hace 47 años a singulares y apreciadas clientas. Está ubicado en pleno centro miraflorino, donde recibe la visita de damas que se desplazan hasta allí en busca de la atención preferente de una experta vendedora que con elástica paciencia le muestre esta y otra prenda. De una y otra talla, de uno y otro, otro color.
"La mano de mi mamá aprieta fuerte la mía. Caminamos por la avenida Shell, rumbo al Palacio. Comprar medias no era un vacilón, así que le pongo mi mejor puchero y continuamos el camino. En este lugar las joyas y riquezas se miden sobre algodones, lanillas extra finas y por supuesto todo tipo de medias nylon.
Vamos en búsqueda de las medias que usaré en mi fiesta de cumpleaños número 8. El vestido lo hemos diseñado juntas y lo ha cosido ella. A pesar del puchero estamos muy ilusionadas con el asunto. Tenemos una tela escocesa, de cuadritos rojos y azules. Me gustaba mucho cuando ella cogía la tiza y empezaba a trazar las líneas de corte y recorte, hoy guardo su platinado dedal chancadito por los años de años zurcidos con el. Luego venía la etapa de los hilvanes y las bastas pudorosas.
Buscábamos combinaciones binarias de hilos y botones, el rescate de éstos de una vieja cajita eran truco y juego. Prueba tras prueba, paciencia o más bien impaciencia… Mi mamá trabajaba fuera de casa, así que la confección del vestido tomaba su tiempo… Era sobre todo los fines de semana cuando ella podía dedicarse al tema costura.
Entre los 7 y 8 años debo haber crecido un poco, mis pantimedias rojas ya no me quedan. Nada más incómodo que unas medias apretadas que no me dejarán correr por el jardín, o según provocara trepar al subibaja así fuera para luego sacarme la mugre al salir disparada de él.
El vestido está casi listo, como siempre, su estilo es reservado a mi gusto. Los recuerdos del salón de costura, son lo más preciado y aterciopelado de mi infancia, desde esa época aprendí muy aplicadamente a investigar el closet de mi madre cada vez que quería hacerme un nuevo vestido. La verdad, no se me ocurría ir de tiendas y no sé si era porque el presupuesto no alcanzaba, o porque era un lujo hacer este trabajo junto a doña Olga.
Muy buenas tardes, señora, estamos en busca de medias azules…"
Y así de cálidas y curiosas y antiguas podrían ser las cientos de historias sobre el Palacio de las Medias.
Las mamás, algunas hoy convertidas en abuelitas, y público en general recae por allí, las horas puntas y las colas sorprenden tanto como los caballeros que acuden inclusivamente.
El Palacio tiene clientela fiel. Una señora que compró las pantys para su boda, ha ido hace poco para comprar las medias para sus bodas de plata.
Mediecitas cubanas, camisetas, calzones, fajas, fustanes, las populares leggings, por sobretodo las medias y pantys siguen reinando, supremas. “Pero si hay de todo en este lugar” es un comentario que una clienta dicta a una amiga, por teléfono.
Hace poco más de 5 años que regresé por el Palacio. Desde allí no he dejado de ir cada nuevo invierno. La renovación de mis pantys de colores es siempre una gran excusa.
Los años han pasado por el Palacio de las Medias. Sus sencillas vitrinas, vestidas y desvestidas lucen pálidas, sensuales más no ganarían ningún premio de diseño en los modernos concursos de hoy, y por eso las ovaciono. Su letrero en la fachada podría tener mejor suerte pero aún sin ella genera ternura.
La propietaria del local me pide no tomar fotos del interior, porque no ha tenido tiempo de reorganizarlo. Los estantes están repletos de nueva mercadería , el tiempo nunca alcanza para poner en orden las prendas.
Este sencillo local sobrevive y resiste tímidamente a los brillantes aires de renovación que involucionan Miraflores. ¡Bravo!
Pd. Lleve efectivo si va de compras. La dueña aún no se decide a cobrar con tarjetas de crédito.
Y no pues, no estudié diseño de modas, pero disfruto a sonrisa plena cuando voy de compras y encuentro un bonito vestido para mi.
El Palacio de las Medias
Shell 441, Miraflores
De lunes a sábado de 10y30 am a 9pm